Este último período escolar los profesores que nos recibieron en nuestro primer año han vuelto a darnos clase, es como una metáfora de la despedida, del cierre de ciclo. Pero faltas tú, tus regaños, los trabajos tan exagerados y las pláticas extra clase que, al final, fueron las que nos permitieron conocerte un poco más y -¿por qué no?- conocernos, reconectar con esa parte que muchos guardamos por mucho tiempo y sólo en esporádicas ocasiones reconocíamos y llegamos a mostrar a los demás.
A veces creo que si te envío un mensaje me responderás, y dirás que soy una cabrona, que me atreva a amar, que le eche ganas a todo, que confíe en dios, en la vida y, sobre todo, en mí.
Gracias por todo, prometo llorar... pero no dejar que las lágrimas inunden mi presente.
Te quiero y extraño, E.
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