“ Hoy, el viento sopla a mi favor…voy a seguir haciéndolo. ”

viernes, 30 de diciembre de 2011

La resistencia.

Todos estamos ocupados con nuestra pequeña vida. Triunfos y sin sabores, logros y frustraciones cotidianas, pequeñas o grandes metas con la que le damos sentido a nuestra vida. Pero cuando la tragedia nos golpea todo pierde sentido. Eso que creíamos que era nuestra razón de existir se desvanece, se vuelve de aire, pierde consistencia y nos encontramos frente al vacío del sinsentido.
Cuando nos enfrentamos al sinsentido de la vida uno se pregunta ¿Para qué resistir? ¿Cuál es el propósito de resistir? Resistir, perdurar, salvar qué y para qué del naufragio.
Nos dicen que tenemos que ser la resistencia ¿Pero para qué? ¿Cuál es el sentido de resistir?
¿Por qué resistir a los dolores, a las tristezas? ¿Por qué nos dicen que debemos resistir cuando el destino descarga toda su crueldad sobre nosotros?
Si la vida es una sucesión de despedidas, de pérdidas ¿Para qué resistir? ¿Por qué levantarse cada mañana aun cuando no tenemos motivos para hacerlo? Solo por un acto de fe. Fe en que resistiendo algo mejor llegará ¿Pero qué?
La recompensa de resistir es volver a casa.

Hay un momento, un segundo, contundente, en el que todo ese sinsentido desaparece, se evapora, y el corazón grita ‘gracias’. Gracias a mí mismo por haber resistido.
La recompensa de resistir es volver a casa.
Cuando todo se vuelve oscuro uno sabe por qué resistir. Por los seres amados, por nuestros afectos, para dejar un mundo mejor del que recibimos a nuestros hijos. Y para eso tal vez debamos aceptar que nuestra existencia tiene un sentido superior. Resistimos en definitiva para poder cumplir nuestra misión en este mundo.
Lo sepamos o no existimos por una razón. Grandes o pequeñas misiones que debemos llevar a cabo. Hacer feliz a una persona, a algunas, a millones.
Despertar consciencias, o descubrir la cura de alguna enfermedad, o simplemente ser el ser amado de alguien. Todos tenemos una razón de existir, y para eso hay que resistir.
Nuestra misión puede ser salvar al mundo o salvar una vida, y por eso vale la pena resistir.
¿Lo podes ver? Hay magia a tu alrededor, hay ángeles, hay algo superior, somos parte de una trama perfecta en la que cada cual tiene su para qué, y por eso hay que resistir.
Tal vez tu misión sea traer una nueva vida al mundo con su propia misión, o tal vez sea escribir esa canción que hará vibrar a millones, o regalarle a tu chica ese poema horrible que le escribiste pero que la hará sentir amada. Y por eso, solo por eso, vale la pena resistir.
No me gusta dar consejos pero bue, ya que voy a hacer algo que no me gusta lo hago mucho, acá van tres: Recordar que sos parte fundamental de este ciclo sin fin. Saber que somos casi ángeles. Y que la vida es resistencia.






Extraído del Capítulo La Resistencia, CA.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Bifurcación.


Continuamente en la vida nos vemos obligados a elegir, a tomar decisiones que nos van llevando por diferentes caminos, caminos que difícilmente una vez tomados nos dejen en el mismo punto al que hubiésemos llegado de haber sido otro el sendero elegido. Muchas veces en la bifurcación tomamos uno cualquiera, sin darnos cuenta de la importancia que reviste la elección. Cuando el rumbo elegido nos lleva a ese lugar al que no hubiésemos querido llegar ya es demasiado tarde, porque en la vida no podemos retroceder desandando el camino. El tiempo corre únicamente hacia delante y aunque queramos volver atrás, nunca podremos. Empecinándonos solo lograremos desembocar mas adelante en nuestra ruta habiéndonos perdido al querer hacerlo buena parte de nuestra vida sin siquiera notarlo. En la bifurcación debemos ser concientes de que cualquiera sea el elegido seguro nos llevará a un lugar distinto del otro y si por casualidad ambos desembocaran en el mismo lugar de la ruta que simboliza nuestra vida, al llegar seremos concientes de que el otro camino lo hemos perdido, que nunca sabremos de que manera lo hubiéramos vivido y qué innumerables sorpresas hubiéramos encontrado en él. Seríamos distintos a los que ahora somos, porque cada sendero recorrido, nos va transformando de acuerdo a las vivencias únicas, incomparables, irrepetibles, las que nos modelan dejando su huella. Todo el tiempo nos vemos obligados a elegir, sin darnos cuenta generalmente que somos artífices de nuestro destino y que con cada elección nuestra también modificamos el entorno, ése que compartimos con otros seres a los que amamos, muchas veces con otros a quienes odiamos y la mayoría de las veces con muchos otros a quienes ignoramos y que aunque no lo sepamos con sus elecciones también modifican nuestro entorno e indirectamente nuestra vida. Tomar un camino distinto para volver a casa, doblar en una esquina en vez de otra puede causarnos un accidente o librarnos de él, podemos encontrarnos con el gran amor de nuestra vida o perdérnoslo. Lo llamamos nuestro destino a aquello que nos va sucediendo, tambien se le llama destino al lugar al que debemos arribar, como si fuese inamovible o inmodificable, pero realmente al nacer tenemos por delante innumerables destinos por vivir e innumerables destinos a los que llegar. Nuestras elecciones serán las que irán haciendo el camino, como un río que fuese armando su cauce a medida que avanza sin tener en cuenta subidas o bajadas, solo su irrefrenable urgencia por seguir, por aquí o por allá, serpenteando al igual que nosotros en tiempo y espacio hasta ese momento en que nada pueda ya modificarnos, que estemos sobre tiempo y espacio, no contenidos por ellos, sino sobrevolándolos.




  
 

martes, 27 de diciembre de 2011

¿En qué momento me di cuenta que jamás estuve en tu alma?
¿En qué momento dejó de ser doloroso y triste todo ésto?
Estoy mejor ahora, de eso no hay duda pero a veces, solo a veces vuelve a mí la misma pregunta, aquella pregunta sin respuesta que aunque ya esté blindada, no me atrevo a repetir...

sábado, 24 de diciembre de 2011

Aficionada a verte sonreír: Polos opuestos

Aficionada a verte sonreír: Polos opuestos: Nunca estábamos de acuerdo en absolutamente nada, si yo decía blanco tu decías negro. Si yo me decidía tú te echabas para atrás. Nunca conoc...

jueves, 15 de diciembre de 2011

Hoy terminó el primer cuatrimestre, sí, mi primer periodo en la universidad y estudiando lo que más me gusta y a lo que me quiero dedicar toda mi vida.
Cuando ingresé, tenía muchas ganas pero también demasiadas dudas y temores... ¿Seré buena? ¿Entenderé todo lo que me expliquen? ¿Lo haré bien? y ahora, tres meses después, sé que para ser el inicio lo he hecho bien y estoy motivada para seguir porque a final de cuentas ¿Qué tanto son tres años? Tres años en los que sé, tendré momentos en la cúspide y otros serán tropezones que no me desviarán del camino, solo me ayudarán a forjar mi carácter y mente para seguir en él.
Termina el año, los propósitos y sueños de cada año vuelven a mí y hoy me di cuenta que lo que en Diciembre del año pasado prometí lo he cumplido pero la vida no se basa en los juramentos que se hacen sino en las experiencias cotidianas que llenen tu vida día a día.


domingo, 4 de diciembre de 2011

Comunicar para ayudar.

La gente, en su mayoría, se queja porque los demás informan sobre las buenas acciones que efectúan pero no son capaces de comprender que para poder conseguir recursos materiales y humanos para la beneficencia, es necesario compartir las experiencias.
No me jacto de lo que hago pero lo que hago público es con la única intención de que la gente en otro momento, desee aportar algo para ayudar. No hay que crucificar toda actividad que se lee, no si no se sabe el significafo u objetivo de esta.
Toda fundación necesita propaganda para informar de lo que se hace y lo que se intenta lograr con la ayuda que se brinda a los grupos minoritarios que generalmente son marginados, debe "rendir cuentas" a Hacienda y ¿cómo se hace ésto? Con material escrito y fotográfico de la actividad de dicha asociación.
No es presunción, es solo que, si deseas ayudar a alguien no lo dices, si lo haces tampoco correrás por las calles diciendo "no digo lo bueno que hago" porque al decir ésto, estás haciendo alarde de esas obras benéficas que tanto deseas que otros mantengan en secreto.

Así que, calla, piensa y luego hablas.

Ella dice que no tiene tiempo para ti ahora…