Cuando nadie me ve, no me limita la piel....
Y no sé cómo estás, no sé si estás con alguien o si piensan aún en mí... pero recuerdo los momentos en los que coexistimos en el mismo tiempo, no en el mismo espacio, no en el mismo modo, pero estuvimos.
Pude ser yo, sin pensar en lo bueno o malo, sin prestar la mínima atención sobre lo que pasaba allá afuera, lejos de las letras que nos unían, que no acercaban a pesar de los kilómetros que nos alejaban.
Creo que jamás te agradecí por ser, por estar sin saberlo, me ayudaste, volví a creer y a sentir la magia de las palabras.
Gracias a ti, espero que en el destino vuelva a hacer que nuestras palabras escritas sean leídas con los mismos ojos, con la misma emoción de aquel entonces.
