Creo que se avecina un nuevo conflicto.

Cada vez llegan con más rapidez e intensidad, yo los atraigo, yo los provoco. Hago daño a todo lo que toco, no era sólo una hipérbole  de mi comportamiento desastroso en la niñez.

Esta vez no quise formar parte del juego, quise, por primera vez, verlo todo desde afuera, pero terminé adentro, muy adentro.

No puedo distinguir sensaciones. Generalmente no etiqueto lo que me sucede o lo que siento,
sólo experimento y me dejo llevar. A veces se siente bien, otras tantas deseo llorar de tanta impotencia y desconocimiento de lo que me pasa.

Rompo promesas, no acato reglas, me soy fiel pero no pienso en los demás. Me recubro con todo lo posible para no sufrir, para no tener ese sentimiento de hastío y soledad... que finalmente experimento.

Probablemente no acuda a disculparme, lo más seguro es que una vez más me trague esto. Pero lo siento.

Lo siento. Lo siento.

21.

Sentí la necesidad de escribir porque últimamente las palabras se me enredan, me confunden y se pelean por salir sin importar qué consecuencias tendré al expresarlas.

Hoy, 15 de mayo de 2013, cumplo veintiún años y seguramente todos los que me siguen en mis sitios virtuales lo saben, debido a que comencé la cuenta regresiva hace dos días. 

Sabe mi gente el temor que tengo de crecer...  bueno ¿en realidad tengo miedo de hacerlo? creo que el pánico radica en que me aferro a mi niña, aquella chiquilla de escasos años que descubrió lo que le hacía feliz, la que soñaba, la que reía, cantaba, hablaba, gritaba y corría sin pensar en errar.

Con los años, que hasta ahora son pocos para mis mayores pero suficientes para mi "alma vieja" en cuerpo joven, me he restringido muchas emociones porque no quiero sufrir, no quiero llorar. Me repito "llorar es para débiles", cuando lo que hago a veces es eso, derramar lágrimas de tristeza, de decepción, de frustración... de todo aquello que tal vez puede ser una tontería que afectó una mente vulnerable.

Sé que no hay vuelta atrás, que no existe Peter Pan y debo enfrentarme a mí actualidad, y dejar ir a esa niña. No por completo, la necesito, debo comunicarme con ella y saber que a pesar de mis cambios, en esencia, soy esa personita.

Feliz cumpleaños, Mariana.

Eres muy afortunada de tener a tanta gente que te quiere y protege.

Stay young.